El proyecto "Piano Colombiano en Concierto" contempla su registro en grabación fonográfica y en notación musical. Lo componen 17 piezas colombianas transcritas para piano por el autor cuyos títulos son: Mi Huila, bambuco de Héctor Alvarez, El Pollo Garcia, pasillo de Gerardo Betancourt, Cuatro Preguntas, bambuco de Pedro Morales P., Las Acacias, bambuco de Jorge Molina, Lirios, pasillo de Carlos Cortés Quiroga, El Calentano, bambuco de Gregorio García Florez, el mono de la hojita, Luz y Sombra, pasillo de José I. "Papi" Tovar, Marcel, bambuco de Gerardo Betancourt, Los Guaduales, guabina de Jorge Villamil, El Galerón Llanero de Alejandro Wills, El Republicano, bambuco de Luis A. Calvo, Pastoril, Pasillo y Arabesco, bambuco, de Gerardo Betancourt, El Bunde Tolimense de Alberto Castilla, Insigne, bambuco de Joge Daza, El Guayatuno, torbellino de Efraín Medina Mora y El Chato Barrera, bambuco de Luis Carlos Prada, en su orden, como están inscritos en el proyecto. En su epígrafe se lee: Oír por oír como quien oye cuando está lloviendo; oír el cantarino regato de agua que se desliza por el prado y, aperlado, dejarse caer en señorial estanque; oír para festejar el oído como quien oye cuando la atención se embarga y enajena en ricas imágenes sonoras que se cruzan y entrecruzan en una interminable melodía; he ahí la suerte suprema de este Piano Colombiano en Concierto que narra y recrea 17 historias musicales de la patria desorientada que pugna por encontrar su verdadero camino.
jueves, 28 de enero de 2010
miércoles, 27 de enero de 2010
GERARDO BETANCOURT. Nota biográfica.
Estudios.
En 1959 ingresó al Conservatorio Dptal. del Huila donde estudió hasta 1961. En esta etapa tuvo como profesores a Efrén Collazos, Isaura de Mosquera y el padre Andrés Rosa. En 1962 se traslado a Bogotá para estudiar en el Conservatorio Nacional de la Universidad Nacional; ahí permaneció hasta 1966 donde tuvo como profesores a Fanny de Ciociano, Jesús Bermúdez Silva y Pablo Arévalo en Gramática Musical, Armonía y piano respectivamente. Entre 1973 y 74 siguió cursos de perfeccionamiento pianístico con los maestros Efraín Paesky, argentino, y la venezolana Emma Garmendia. Es diplomado en Piano.
Actividades musicales.
1. Profesor.
En 1961 fue nombrado profesor de Piano, Teoría y Solfeo por el Conservatorio Dptal. de Música del Huila. Luego de sus estudios en Bogotá, siguió desempeñándose como profesor de dicho Conservatorio desde 1967 hasta 1976. Entre 1978 y 1979 tuvo el cargo de Instructor de Música de Programas Especiales nombrado por la Secretaría de Educación del Dpto del Huila. En 1986 fue nombrado Arreglista de la Banda Sinfónica del Dpto. del Huila cargo que
desempeñó hasta 1989. En 1991, en Concurso nacional obtuvo el cargo de Profesor de Piano en el Programa de Música en convenio con la Universidad Surcolombiana y el Instituto Huilense de Cultura, cargo que desempeñó hasta el 1º de enero de 2007.
Ejecutante.
Desde muy joven ha participado en veladas y actos de conciertos como pianista y director de diversos conjuntos, ya como acompañante de cantantes y solistas o como solista el mismo. En tal calidad ha intervenido en la grabación de varios discos.
2. Compositor.
Cultiva la composición desde edad temprana y su producción engloba los géneros sinfónicos, canciones, música de cámara y música para piano, además de su preocupación por la pedagogía pianística, lo que ha sido el signo de su vida. Su obra para piano de carácter nacional se recoge en el álbum “Armonía Colombiana. Obra pianística de los aires patrios”, proyecto en etapa avanzada para publicación. Otros proyectos terminados para dar a la imprenta son el álbum que contiene sus canciones del género nacional titulado “Lírica Huilense” para voz y piano y el presente “Piano Colombiano en Concierto”, del cual se ocupa este blog. Con el maestro argentino Efraín Paesky y la venezolana Emma Garmendia se reorientó más profundamente hacia una técnica pianística trascendente que no ha cesado de perfeccionar y que le abrió amplios horizontes en la búsqueda de un pianismo y una escuela propia dirigida a resolver los problemas que plantea la iniciación pianística, fruto de lo cual es su obra pedagógica en cuatro partes “El piano para todos. Aprendizaje Básico”, cuya primera parte fue publicado por Editoral Faid en Cali en su primera edición y posteriormente se publicó la segunda edición por Ediciones G. Betancourt
Como compositor ha cultivado todos los géneros musicales empezando por la música para piano, música de cámara, orquesta, voz, música para banda; con fines divulgativos se ha ocupado del “cercado ajeno” revelando gran cantidad de la música popular colombiana ya en el piano, ya en la orquesta o en la banda, intentando crear una nueva dimensión de la música colombiana, lo que es parte esencial de su quehacer creativo, enriqueciendo el sencillo lirismo popular con las formas y técnicas compositivas de la música clásica.
Otras actividades.
Ha sido fundador de la Corporación Filarmónica de Neiva entidad que durante más de 15 años animó la vida musical huilense propiciando la presentación de artistas de valía mundial y los más destacados del país. Para poder realizar su tarea la Corporación Filarmónica adquirió el piano Baldwin gran concierto que permanece en la Asamblea Dptal. del Huila y que ha sido el deleite de todos los ejecutantes que tienen la fortuna de tocarlo.
Ha intervenido como escritor en la prensa de la localidad divulgando temas de interés musical.
En el año 2003 la Universidad Central de Bogotá lo incluyó en su Agenda de la Música Colombiana junto con otros once reconocidos compositores colombianos entre quienes se encuentran Morales Pino, Emilio Murillo, Alberto Castilla, Fulgencio García, Luis A. Calvo, Alejandro Wills, Francisco Cristancho, José Rozo Contreras, Alex Tovar, Adolfo Mejía y Luis A. Escobar como los compositores más representativos en ciento cincuenta años de historia de la música colombiana, lo que es una distinción que honra al músico y a su patria chica.
En orden de prioridad para publicar, se encuentra su álbum Lírica Huilense, obra que comprende canciones propias del terruño del compositor y de otros creadores de la región huilense como se dijo antes, escogidas por el autor con una elevada exigencia por la manifestación lírica de cada canción.
En estos momentos promueve la publicación de El piano para todos. Aprendizaje Básico, obra de la cual se publicó su primera parte como se decía antes, pero ahora el tratado se ofrece completo, con todas sus partes e instrucciones muy precisas para el estudiante.
HECTOR ALVAREZ. Nota biográfica.
Simultaneó una extensa y extraordinaria carrera bancaria con sus aficiones musicales en las que destaca por su voz de timbre muy agradable acompañada por él mismo en la guitarra.
Nació Héctor Alvarez en Altamira el 15 de junio de 1938 y pronto se radicó en Neiva, la que ha sido el escenario de su vida y de ese dualismo -banca y música-, la constante de su vida.
En los años 60s. estudió en en el Conservatorio Dptal. de Música con el padre Andrés Rosa y la señora Isaura de Mosquera. Luego fue miembro descollante del Coro del Conservatorio Dptal. de Música del Huila que dirigido por el padre Rosa grabó en Medellín los volúmenes 1 y 2 de Mi Tierra Colombiana.
Desde muy joven se sintió tentado por el canto a dúo, de tan larga trayectoria en Colombia. Con Víctor M. Plazas "Hector y Víctor"; con Luis A. Nieto, ya fallecido y después con Luis Ma. Arciniegas "Héctor y Luis" y con Alma Doris Gutiérrez "Alma Doris y Héctor".
En 1972 obtuvo el primer lugar en el Concurso de Compositores "Jorge Villamil" con el bambuco "Mi Huila" en el festival del sampedro, que lo lanzó como compositor. Luego siguió produciendo sus canciones que son recogidas en discos algunos con obras exclusivamente suyas, otros compartiendo con diversos compositores huilenses: "Rincón de Colombia", "Imposible Amor", "Camino Largo" "6 Compositores Huilenses", "Compositores del Surcolombiano". Con Alma Doris y Luis A. Nieto grabó un disco para el Club Social de Nieva.
Ha sido finalista en varios concursos y ha sido distinguido con varios premios y reconocimientos por su quehacer como cantante y compositor huilense.
martes, 26 de enero de 2010
CARLOS E. CORTES QUIROGA. Nota biográfica.
Siguió los pasos de su hermano mayor en la música -Gilberto- y a los 15 años ingresó a la banda de Aipe, contrariando los deseos de su padre que no quería que fuera músico. Luego formó parte de la banda de Girardot y en 1921 ingresó a la banda del Batallón Guardia Presidencial que dirigía Jerónimo Velasco. En 1925 estuvo en la banda del Regimiento de Caballería General Paez en donde alcanzó a tener el rango de Músico Mayor y posteriormente con el mismo cargo estuvo en la banda del Regimiento Sucre.
Luego estuvo once años en la Banda Naciolnal de Bogotá y despues como trompetista en la orquesta de La Voz de Antioquia en Medellín. Como Músico Mayor ingresó en la Banda de la Policía Nacional a partir de 1953 hasta que consiguió la jubilación. Regresó a Neiva en donde falleció el 6 de junio de 1967.
De su inspiración musical quedaron los pasillos "Lirios" y "América" que le grabó en Nueva York la Estudiantina Colombiana dirigida por Terig Tucci el 31 de julio de 1936 (Columbia 5452), además "Crepúsculo", "Sueño -Suelo- Antioqueño", "Lotos" Y "Las Solteronas", los bambucos "El Talismán", y "El Brujo", los bundes "Las Carboneritas" y "Paisaje Azul" y tres intermezzos con aire oriental: "Ojos Orientales", "Jazmín de Arabia" y "Arabescos"... y la "Guabina Huilense" que ha sido la obra que lo hizo trascender hasta nosotros." Hasta Aquí Jaime Rico.
En rigor diremos que de Carlos Cortés quedaron Lirios, Lotos, Crepúsculo, Las Carboneritas, el fox Jazmín de Arabia, y su proverbial Guabina Huilense. Algunas de sus obras están recogidas en su suite La Cortesana, que el autor hizo siguiendo el ejemplo de La Castillana, de Alberto Castilla. Aunque Jaime Rico dice que su pasillo América -Café América- fue grabado por Terig Tucci en Nueva York, esta música realmente no trascendió.
Fue don Carlos hombre afable y generoso y en sus buenos tiempos un trompetista destacado. Ya en su lecho de enfermo, antes de morir, confesaba su fascinación por los ojos rasgados de las orientales, fascinación que llevó a su música en sus piezas de tema oriental. Su melodía es delicada y natural y toda su música tiene el sabor de su tierra huilense.
Su hermano Gilberto, también un fino compositor, es recordado por dos de sus obras: Eduardo Santos e Ibagué Social, pasillos.
En rigor diremos que de Carlos Cortés quedaron Lirios, Lotos, Crepúsculo, Las Carboneritas, el fox Jazmín de Arabia, y su proverbial Guabina Huilense. Algunas de sus obras están recogidas en su suite La Cortesana, que el autor hizo siguiendo el ejemplo de La Castillana, de Alberto Castilla. Aunque Jaime Rico dice que su pasillo América -Café América- fue grabado por Terig Tucci en Nueva York, esta música realmente no trascendió.
Fue don Carlos hombre afable y generoso y en sus buenos tiempos un trompetista destacado. Ya en su lecho de enfermo, antes de morir, confesaba su fascinación por los ojos rasgados de las orientales, fascinación que llevó a su música en sus piezas de tema oriental. Su melodía es delicada y natural y toda su música tiene el sabor de su tierra huilense.
Su hermano Gilberto, también un fino compositor, es recordado por dos de sus obras: Eduardo Santos e Ibagué Social, pasillos.
lunes, 25 de enero de 2010
JOSE I. TOVAR. Nota biográfica
Nota con motivo del fallecimiento de “Papi” Tovar
Escrito por Diego Fernando Tabares
Martes, 13 de febrero de 2007
El pasado martes 6 de febrero, falleció en Medellín, ciudad donde vivió sus últimos 10 años, el compositor huilense JOSE IGNACIO “EL PAPI” TOVAR MEDINA.
El papi hace 7 meses recibió, en el marco de las fiestas del Sampedro, la Orden de la Huilensidad.
Nació en 1922 en la capital del departamento del Huila y desde muy temprana edad comenzó a mostrar sus dotes musicales, guiado por su padre José María Tovar y por el gran músico huilense Anselmo Duran Plazas, quien le enseñó solfeo. El Papi Tovar, fue intérprete de bandola, guitarra y banjo.
Desde ‘Camino Real’ su primer tema, el maestro Tovar, dejó cerca de 500 composiciones.
Fue integrante de agrupaciones como Los Rivereños, con quienes recorrió el territorio patrio, también estuvo como integrante de El Cuarteto Fantasía, agrupación en la cual compartió con otro gran músico colombiano como fue Carlos Julio Ramírez. En su larga trayectoria artística, el maestro Tovar estuvo alternando en diferentes escenarios con artistas como Los Panchos, La Sonora Matancera, Los Embajadores, el Ballet de Silvia Osorio, Álvaro Dalmar y muchos más.
Sus aportes al folclor de la región huilense, lo hicieron merecedor a múltiples homenajes, entre los que podemos mencionar además de la Orden de la Huilensidad, el Tambor de Oro y El Colono de Oro, esta última otorgada por el gobierno del departamento del Caquetá.
Los últimos tres años del maestro fueron difíciles debido a quebrantos constantes de salud, los cuales se incrementaron luego del fallecimiento el año pasado de su esposa, la señora Concepción Hernández, con quien compartió 62 años de vida matrimonial, unión de la cual nacieron 10 hijos.
Entre sus composiciones podemos mencionar Camino Real, Huila de mis amores, Mano Chepe, Las Lavanderas, Ulises, Luz y sombra, Soy del Alto Magdalena, y muchas más, desafortunadamente aún gran parte de la obra del maestro se encuentra inédita.
Escrito por Diego Fernando Tabares
Martes, 13 de febrero de 2007
El pasado martes 6 de febrero, falleció en Medellín, ciudad donde vivió sus últimos 10 años, el compositor huilense JOSE IGNACIO “EL PAPI” TOVAR MEDINA.
El papi hace 7 meses recibió, en el marco de las fiestas del Sampedro, la Orden de la Huilensidad.
Nació en 1922 en la capital del departamento del Huila y desde muy temprana edad comenzó a mostrar sus dotes musicales, guiado por su padre José María Tovar y por el gran músico huilense Anselmo Duran Plazas, quien le enseñó solfeo. El Papi Tovar, fue intérprete de bandola, guitarra y banjo.
Desde ‘Camino Real’ su primer tema, el maestro Tovar, dejó cerca de 500 composiciones.
Fue integrante de agrupaciones como Los Rivereños, con quienes recorrió el territorio patrio, también estuvo como integrante de El Cuarteto Fantasía, agrupación en la cual compartió con otro gran músico colombiano como fue Carlos Julio Ramírez. En su larga trayectoria artística, el maestro Tovar estuvo alternando en diferentes escenarios con artistas como Los Panchos, La Sonora Matancera, Los Embajadores, el Ballet de Silvia Osorio, Álvaro Dalmar y muchos más.
Sus aportes al folclor de la región huilense, lo hicieron merecedor a múltiples homenajes, entre los que podemos mencionar además de la Orden de la Huilensidad, el Tambor de Oro y El Colono de Oro, esta última otorgada por el gobierno del departamento del Caquetá.
Los últimos tres años del maestro fueron difíciles debido a quebrantos constantes de salud, los cuales se incrementaron luego del fallecimiento el año pasado de su esposa, la señora Concepción Hernández, con quien compartió 62 años de vida matrimonial, unión de la cual nacieron 10 hijos.
Entre sus composiciones podemos mencionar Camino Real, Huila de mis amores, Mano Chepe, Las Lavanderas, Ulises, Luz y sombra, Soy del Alto Magdalena, y muchas más, desafortunadamente aún gran parte de la obra del maestro se encuentra inédita.
viernes, 22 de enero de 2010
ALEJANDRO WILLS. Nota biográfica.
Alejandro Wills
Alejandro Wills, quien llegó a triunfar en Venezuela, fue, con su compañero Alberto Escobar, uno de los primeros intérpretes discográficos del célebre "Alma Llanera" de Pedro Elías Gutiérrez, que grabó por allá por 1919 en Nueva York y es posible que haya traído a Bogotá joropos y otros ritmos caraqueños para sus históricas presentaciones en los principios de la radio nacional. Pero lo que definitivamente lo incorpora al historial que nos ocupa es la fundación, junto a los hermanos Andrade, del conjunto "Los Llaneros", que aparece en los finales de su vida, cuando, muerto en sus brazos Alberto Escobar, comenzaba a derivar en figura mitológica de nuestra música popular.
Ignoramos totalmente, por qué quedaron apenas 4 grabaciones y nadie, absolutamente nadie ha sabido contarnos nada al respecto, hasta dónde fue "llanero" el grupo de Wills. Qué mostraban, cómo interpretaban los aires de esa región. Pero quedan dos ejemplos que deciden, definitivamente su importancia histórica: el "Galerón llanero", que como suyo se hace parte de la música de Colombia si bien se ha confirmado a plenitud que no fue "galerón" realmente aunque el maestro Wills pudo haberlo armonizado como tal, y que procede de araguato y se convierte en un aire citadino, de recordación y de una muy discutible autoctonía.
Lo anterior no quiere restar méritos, ni mucho menos, a la concepción de Alejandro Wills, quien por otra parte presente, ya de su inspiración y con la colaboración literaria de uno de los más importantes periodistas bogotanos del momento, José Joaquín Jiménez —Ximénez— el joropo "El Voluntario" que se lanza como "himno guerrero", así como suena, en el momento en que las tropas colombianas y las peruanas se enfrentan en una especie de guerra de mentiras. Es importante este detalle: Alejandro Wills, bambuco puro, "rey del bambuco", eminencia máxima como intérprete y como compositor del que se tiene como máximo aire nacional, "colabora" en el conflicto y lanza como bandera musical, un "joropo", aire que nos habían querido vender como venezolano y que hasta ese momento, dentro de la "historia oficial" poco tenía que ver con lo vernáculo a nivel pedagógico e informativo.
Alejandro Wills, quien llegó a triunfar en Venezuela, fue, con su compañero Alberto Escobar, uno de los primeros intérpretes discográficos del célebre "Alma Llanera" de Pedro Elías Gutiérrez, que grabó por allá por 1919 en Nueva York y es posible que haya traído a Bogotá joropos y otros ritmos caraqueños para sus históricas presentaciones en los principios de la radio nacional. Pero lo que definitivamente lo incorpora al historial que nos ocupa es la fundación, junto a los hermanos Andrade, del conjunto "Los Llaneros", que aparece en los finales de su vida, cuando, muerto en sus brazos Alberto Escobar, comenzaba a derivar en figura mitológica de nuestra música popular.
Ignoramos totalmente, por qué quedaron apenas 4 grabaciones y nadie, absolutamente nadie ha sabido contarnos nada al respecto, hasta dónde fue "llanero" el grupo de Wills. Qué mostraban, cómo interpretaban los aires de esa región. Pero quedan dos ejemplos que deciden, definitivamente su importancia histórica: el "Galerón llanero", que como suyo se hace parte de la música de Colombia si bien se ha confirmado a plenitud que no fue "galerón" realmente aunque el maestro Wills pudo haberlo armonizado como tal, y que procede de araguato y se convierte en un aire citadino, de recordación y de una muy discutible autoctonía.
Lo anterior no quiere restar méritos, ni mucho menos, a la concepción de Alejandro Wills, quien por otra parte presente, ya de su inspiración y con la colaboración literaria de uno de los más importantes periodistas bogotanos del momento, José Joaquín Jiménez —Ximénez— el joropo "El Voluntario" que se lanza como "himno guerrero", así como suena, en el momento en que las tropas colombianas y las peruanas se enfrentan en una especie de guerra de mentiras. Es importante este detalle: Alejandro Wills, bambuco puro, "rey del bambuco", eminencia máxima como intérprete y como compositor del que se tiene como máximo aire nacional, "colabora" en el conflicto y lanza como bandera musical, un "joropo", aire que nos habían querido vender como venezolano y que hasta ese momento, dentro de la "historia oficial" poco tenía que ver con lo vernáculo a nivel pedagógico e informativo.
jueves, 21 de enero de 2010
LUIS A. CALVO. Nota biográfica
Luis Antonio Calvo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Luis Antonio Calvo (n. Gámbita, 28 de agosto de 1884 - † Agua de Dios, 22 de abril de 1945) fue una de las más grandes figuras de la música colombiana.
Biografía
Hijo de Félix Serrano y Marcelina Calvo, desde niño mostró un enorme interés por la música. Cuando aún era muy joven, su familia fue abandonada por su padre. Cuando tenía 9 años, la pequeña familia, compuesta por Luis Antonio, su madre y su hermana Florinda, se trasladó a Tunja buscando un mejor porvenir. En Tunja, Calvo se convirtió en mensajero de la tienda de Pedro León Gómez, un hombre que practicaba el violín e inició al futuro gran músico en el uso de este instrumento. Sintiendo que su vocación lo llamaba con una intensidad cada vez más fuerte, Calvo inició estudios de violín y piano con el maestro Tomás Posada.
Ingresó a la Banda Departamental de Boyacá como platillero, y tiempo después fue el encargado del bombo, posición en la que duró poco más de cuatro años, hasta que el gobernador del departamento le concedió el nombramiento para ejecutar el bombardino; durante este tiempo, Calvo continuaba con sus estudios de violín. En esta época compuso su primera obra, Libia, cuya belleza armónica la convierte también una de sus mejores composiciones.
Para buscar una mejor situación económica, su familia se trasladó a Bogotá, llegando a la capital el 11 de mayo de 1905. En ese mismo año se presentó al ejército, ingresando a la banda como tercer pistón. Su sueldo, por ser un músico de tercera clase, era de 50 pesos, que muy pronto se convertirían en tan sólo 25 debido a un decreto del gobierno que además lo rebajó un grado. Esto agravó la situación de su familia, que vivía en un cuarto arrendado en muy malas condiciones.
Calvo intentó obtener una beca para estudiar en la Academia de Música que el gobierno otorgaba a todo integrante de una banda musical, pero no logró en conseguirla debido a que no tenía las recomendaciones necesarias. Se dedicó entonces a la composición e instrumentación de piezas musicales para la banda; hizo la instrumentación de su obra “Libia”, y de esta forma pudo tocarla con la banda. Dos años después, un nuevo decreto gubernamental le restituyó su grado militar y su antiguo sueldo, a la vez que era ascendido gracias a su habilidad musical. Calvo fue, además, finalmente invitado a pertenecer a la academia de música, con lo cual pudo completar su educación musical adecuadamente. Allí pudo conocer al maestro Guillermo Uribe Holguín, quien lo instruyó en la interpretación del violonchelo.
Desgraciadamente, el 14 de octubre de 1916 Luis Antonio Calvo descubrió, por medio de la atención médica del doctor Carlos Tirado Macías, que padecía la enfermedad de Hansen, la lepra, por lo que debió ser internado en el lazareto de Agua de Dios, donde más adelante compondría la mayor parte de sus obras. Se le hizo un homenaje en el Teatro Colón como despedida, y el 12 de mayo de 1916 fue recluido en Agua de Dios, donde los padres salesianos, directores del lazareto, le proporcionaron toda clase de comodidades a Calvo y su familia. Poco tiempo después de su reclusión le fue obsequiado un [piano] por parte de la ciudadanía bogotana. Debido a eso, Calvo se dedicó casi por completo a este instrumento. El 18 de octubre de 1942 contrajo matrimonio con doña Ana Rodríguez, quien vivía en el lazareto acompañando a una hermana suya que padecía la enfermedad.
Luis Antonio Calvo falleció el 22 de abril de 1945 a las 3 de la tarde, a causa de un ataque de uremia. Diversas fuentes señalan que posiblemente su lepra estaba curada desde tiempo antes del momento de su fallecimiento; es imposible, sin embargo, confirmar o refutar estas teorías debido a que el historial clínico del músico fue destruido, junto a varias de sus obras.
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Luis Antonio Calvo (n. Gámbita, 28 de agosto de 1884 - † Agua de Dios, 22 de abril de 1945) fue una de las más grandes figuras de la música colombiana.
Biografía
Hijo de Félix Serrano y Marcelina Calvo, desde niño mostró un enorme interés por la música. Cuando aún era muy joven, su familia fue abandonada por su padre. Cuando tenía 9 años, la pequeña familia, compuesta por Luis Antonio, su madre y su hermana Florinda, se trasladó a Tunja buscando un mejor porvenir. En Tunja, Calvo se convirtió en mensajero de la tienda de Pedro León Gómez, un hombre que practicaba el violín e inició al futuro gran músico en el uso de este instrumento. Sintiendo que su vocación lo llamaba con una intensidad cada vez más fuerte, Calvo inició estudios de violín y piano con el maestro Tomás Posada.
Ingresó a la Banda Departamental de Boyacá como platillero, y tiempo después fue el encargado del bombo, posición en la que duró poco más de cuatro años, hasta que el gobernador del departamento le concedió el nombramiento para ejecutar el bombardino; durante este tiempo, Calvo continuaba con sus estudios de violín. En esta época compuso su primera obra, Libia, cuya belleza armónica la convierte también una de sus mejores composiciones.
Para buscar una mejor situación económica, su familia se trasladó a Bogotá, llegando a la capital el 11 de mayo de 1905. En ese mismo año se presentó al ejército, ingresando a la banda como tercer pistón. Su sueldo, por ser un músico de tercera clase, era de 50 pesos, que muy pronto se convertirían en tan sólo 25 debido a un decreto del gobierno que además lo rebajó un grado. Esto agravó la situación de su familia, que vivía en un cuarto arrendado en muy malas condiciones.
Calvo intentó obtener una beca para estudiar en la Academia de Música que el gobierno otorgaba a todo integrante de una banda musical, pero no logró en conseguirla debido a que no tenía las recomendaciones necesarias. Se dedicó entonces a la composición e instrumentación de piezas musicales para la banda; hizo la instrumentación de su obra “Libia”, y de esta forma pudo tocarla con la banda. Dos años después, un nuevo decreto gubernamental le restituyó su grado militar y su antiguo sueldo, a la vez que era ascendido gracias a su habilidad musical. Calvo fue, además, finalmente invitado a pertenecer a la academia de música, con lo cual pudo completar su educación musical adecuadamente. Allí pudo conocer al maestro Guillermo Uribe Holguín, quien lo instruyó en la interpretación del violonchelo.
Desgraciadamente, el 14 de octubre de 1916 Luis Antonio Calvo descubrió, por medio de la atención médica del doctor Carlos Tirado Macías, que padecía la enfermedad de Hansen, la lepra, por lo que debió ser internado en el lazareto de Agua de Dios, donde más adelante compondría la mayor parte de sus obras. Se le hizo un homenaje en el Teatro Colón como despedida, y el 12 de mayo de 1916 fue recluido en Agua de Dios, donde los padres salesianos, directores del lazareto, le proporcionaron toda clase de comodidades a Calvo y su familia. Poco tiempo después de su reclusión le fue obsequiado un [piano] por parte de la ciudadanía bogotana. Debido a eso, Calvo se dedicó casi por completo a este instrumento. El 18 de octubre de 1942 contrajo matrimonio con doña Ana Rodríguez, quien vivía en el lazareto acompañando a una hermana suya que padecía la enfermedad.
Luis Antonio Calvo falleció el 22 de abril de 1945 a las 3 de la tarde, a causa de un ataque de uremia. Diversas fuentes señalan que posiblemente su lepra estaba curada desde tiempo antes del momento de su fallecimiento; es imposible, sin embargo, confirmar o refutar estas teorías debido a que el historial clínico del músico fue destruido, junto a varias de sus obras.
miércoles, 20 de enero de 2010
Nota biográfica de ALBERTO CASTILLA
Alberto Castilla
Hijo del periodista, político y poeta antioqueño Clodomiro Castilla Baena y doña Mercedes Buenaventura Galindo, tolimense, nació Alberto Castilla en Bogotá el 9 de abril de 1878. Su abuelo paterno fue chaparraluno y su padre, aunque antioqueño, desempeñó varios cargos en el Tolima, entre ellos los de Magistrado del Tribunal Superior y Diputado a la Asamblea; Un tío suyo, Tadeo Galindo, murió fusilado en Medellín y, en carta al periódico ibaguereño El Pueblo,
Castilla describe esta muerte como heróica sin que se conozcan detalles al respecto. En dicha carta describe a su abuelo materno, don Joaquín Buenaventura, como un valor absoluto en la ingeniería colombiana. El nacimiento de Alberto Castilla tuvo lugar en la parroquia de Santa Bárbara, en la casa marcada hacia las primeras décadas del siglo con el número 5-80 y se le bautizó en la Iglesia del mismo nombre.
Cursó sus primeros estudios en los colegios que en la capital regentaban don Joaquín Liévano y don Vicente Gamboa. El bachillerato lo cursó en el colegio Araujo de Bogotá. A lo largo de estos estudios dio claras muestras de su habilidad para las matemáticas y su gusto por el arte y la literatura. Sus padres fueron sus primeros profesores de música y desde adolescente tocaba varios Instrumentos.
Impresionado por la lectura de un libro de Hipolite Taine en que da cuenta de sus correrías por Italia, no lo piensa dos veces, hace maletas y viaja a ese país. Allí se acendrará su vocación musical y su sensibilidad artística. A su regreso ingresa a la Academia Nacional de Música que dirige el maestro Enrique Price. Es notoria su afición por la vida bohemia y en el transcurso de largas veladas nocturnas se hace discípulo informal del conocido músico Emilio Murillo quien, a su vez, había sido discípulo del maestro Pedro Morales Pino. Poco después de estallar en 1899 la guerra de los mil días, interrumpe sus estudios musicales para marchar al Tolima y enrolarse en las filas revolucionarias del general chaparraluno José Joaquín Caicedo Rocha. Participará en la contienda por espacio de dos años.
Combate en numerosas batallas y recibe varios ascensos. Al término de la guerra; en 1902, con la amargura de ver derrotada la causa rebelde del liberalismo, fija su residencia en el Tolima pero no abandona del todo a Bogotá, donde por una temporada se desempeñará como administrador del salón de billares El centro de la juventud, de propiedad de don Benjamín Martínez Recuero, en forma simultánea con su condición de jefe de meseros en el prestigioso Gun Club. El creador del Conservatorio de Música del Tolima y de los Congresos Nacionales de Música, fallece en Ibagué el 10 de junio de 1937; tuvo una vida multifacética: ingeniero del Ferrocarril del Pacífico, internacionalista, literato, compositor, periodista, matemático, orador, políglota, catedrático, nadie como Alberto Castilla encarna, sin embargo, el espíritu musical de la ciudad que lo acogió y recuerda como uno de sus hijos predilectos. (Tomado de alcaldiadeibabue.com)
Hijo del periodista, político y poeta antioqueño Clodomiro Castilla Baena y doña Mercedes Buenaventura Galindo, tolimense, nació Alberto Castilla en Bogotá el 9 de abril de 1878. Su abuelo paterno fue chaparraluno y su padre, aunque antioqueño, desempeñó varios cargos en el Tolima, entre ellos los de Magistrado del Tribunal Superior y Diputado a la Asamblea; Un tío suyo, Tadeo Galindo, murió fusilado en Medellín y, en carta al periódico ibaguereño El Pueblo,
Castilla describe esta muerte como heróica sin que se conozcan detalles al respecto. En dicha carta describe a su abuelo materno, don Joaquín Buenaventura, como un valor absoluto en la ingeniería colombiana. El nacimiento de Alberto Castilla tuvo lugar en la parroquia de Santa Bárbara, en la casa marcada hacia las primeras décadas del siglo con el número 5-80 y se le bautizó en la Iglesia del mismo nombre.
Cursó sus primeros estudios en los colegios que en la capital regentaban don Joaquín Liévano y don Vicente Gamboa. El bachillerato lo cursó en el colegio Araujo de Bogotá. A lo largo de estos estudios dio claras muestras de su habilidad para las matemáticas y su gusto por el arte y la literatura. Sus padres fueron sus primeros profesores de música y desde adolescente tocaba varios Instrumentos.
Impresionado por la lectura de un libro de Hipolite Taine en que da cuenta de sus correrías por Italia, no lo piensa dos veces, hace maletas y viaja a ese país. Allí se acendrará su vocación musical y su sensibilidad artística. A su regreso ingresa a la Academia Nacional de Música que dirige el maestro Enrique Price. Es notoria su afición por la vida bohemia y en el transcurso de largas veladas nocturnas se hace discípulo informal del conocido músico Emilio Murillo quien, a su vez, había sido discípulo del maestro Pedro Morales Pino. Poco después de estallar en 1899 la guerra de los mil días, interrumpe sus estudios musicales para marchar al Tolima y enrolarse en las filas revolucionarias del general chaparraluno José Joaquín Caicedo Rocha. Participará en la contienda por espacio de dos años.
Combate en numerosas batallas y recibe varios ascensos. Al término de la guerra; en 1902, con la amargura de ver derrotada la causa rebelde del liberalismo, fija su residencia en el Tolima pero no abandona del todo a Bogotá, donde por una temporada se desempeñará como administrador del salón de billares El centro de la juventud, de propiedad de don Benjamín Martínez Recuero, en forma simultánea con su condición de jefe de meseros en el prestigioso Gun Club. El creador del Conservatorio de Música del Tolima y de los Congresos Nacionales de Música, fallece en Ibagué el 10 de junio de 1937; tuvo una vida multifacética: ingeniero del Ferrocarril del Pacífico, internacionalista, literato, compositor, periodista, matemático, orador, políglota, catedrático, nadie como Alberto Castilla encarna, sin embargo, el espíritu musical de la ciudad que lo acogió y recuerda como uno de sus hijos predilectos. (Tomado de alcaldiadeibabue.com)